Cannabis y creatividad: Imaginación, arte y expresión creativa

Los consumidores de cannabis a lo largo de milenios de historia han explorado la relación entre el cannabis y la creatividad. Ha sido el tema de muchos escritos y la inspiración detrás de muchas canciones. La conexión entre el cannabis y la expresión creativa ha despertado incluso el interés de los investigadores académicos.
Tal vez no haya otra manera de entender con precisión el grado en que el cannabis afecta a la creatividad que no sea consumirlo y observarlo. Esto se debe a que la creatividad se describe y explica a menudo en términos de experiencia subjetiva, e incluso los medios científicos para «medir» la creatividad son endebles. La ciencia no describe adecuadamente los mecanismos de este fenómeno.
Incluso los escritores científicos a menudo se prestan a la filosofía académica como un medio para explicar las formas en que el cannabis afecta a la creatividad y si se trata o no de una actividad moralmente sana. El alcance de este tema es colosal, ya que la literatura científica e incluso la evidencia anecdótica apuntan a la infinitud de matices en la experiencia creativa humana.
Por ejemplo, un escritor en su estudio ciertamente experimenta los efectos del cannabis en su creatividad de manera muy diferente a como lo haría un bailarín con su pareja, o en el escenario. Son diferentes procesos creativos que involucran diferentes partes del cuerpo y del cerebro. Todo esto puede verse afectado por diversas variedades de cannabis, dosis e incluso disposiciones personales.
Las variedades sativa e indica de cannabis tienen efectos muy diferentes. El potencial creativo variará de una persona a otra. Mientras que un escritor puede encontrar pequeñas dosis de indica que conducen a la creatividad, un bailarín puede experimentar su efecto como letárgico. De manera similar, un matemático podría encontrar que las variedades sativa son más útiles que la indica para inducir la creatividad. Hay una cantidad infinita de potencial para que el cannabis dé expresión creativa a la persona que sabe cómo elegir una cepa y una dosis.

¿Qué es la creatividad?
Definir la creatividad humana de forma empírica es muy difícil, ya que nuestros métodos habituales de medición son subjetivos y abiertos a la interpretación. Hasta ahora, la ciencia moderna no ha logrado encontrar una definición universal de creatividad. Subjetivamente, la creatividad se refiere simplemente a la expresión externa de procesos de pensamiento novedosos, y puede expresarse de innumerables maneras, incluyendo el habla, la palabra escrita, el arte o la música.
La creatividad también puede considerarse una herramienta de resolución de problemas que no se limita estrictamente al arte, sino a toda una serie de diferentes actividades cotidianas. Quizás el ejemplo más pertinente del mundo real es Arquímedes de Siracusa, quien durante un baño caliente una noche notó el desplazamiento de agua en su bañera. En un impulso de inspiración creativa, Arquímedes descubrió una metodología específica para medir las impurezas del oro.
Arquímedes no estaba solo en su uso creativo de la imaginación. Como describe Sebastian Marincolo en su ensayo publicado en marijuana-insights.com, otros científicos a menudo han descrito cómo su imaginación los ayudó a encontrar grandes ideas y soluciones a diversos problemas. Uno de los mayores descubrimientos de Einstein llegó cuando se imaginó cómo sería montar en un rayo de luz, y el químico Friedrich August Kekulé von Stradonitz vio el anillo de benceno en un ensueño de una serpiente mordiéndose la cola.

De esta manera, la creatividad no tiene por qué limitarse al arte, sino que puede expandirse a la resolución de problemas generales, incluso en actividades o relaciones de la vida cotidiana. En psicología, este fenómeno se denomina «resolución de problemas del mundo real» o «resolución creativa de problemas». Esto se suma a las complejidades de definir la creatividad – ¡y más aún de medirla!

Los esfuerzos para introducir un test de creatividad estandarizado similar a los tests de cociente de inteligencia no han tenido éxito hasta ahora, aunque se están utilizando varias medidas para establecer hasta cierto punto los niveles individuales de creatividad. Es imposible medir empíricamente la calidad de la expresión creativa, ya que depende completamente de la respuesta social, cultural e individual a lo que se crea.

¿Cómo se mide la creatividad?
Es posible medir la «cantidad» de pensamientos creativos generados en diferentes personas en respuesta a pruebas estandarizadas. El psicólogo estadounidense Ellis Paul Torrence fue el pionero de un enfoque psicométrico para la medición de la creatividad en 1966: los Tests de Pensamiento Creativo de Torrance. Esta prueba evalúa a los sujetos a través de un conjunto de pruebas sencillas de resolución de problemas con el fin de determinar la fluidez, originalidad y elaboración del pensamiento creativo.
Esta medida de creatividad es quizás la más utilizada en el campo educativo e incluso en el mundo corporativo. Sin embargo, todavía hay críticas a esta forma de medir la creatividad, especialmente entre los escritores académicos relacionados con la psicología. Por lo general, las puntuaciones individuales son el resultado final, mientras que muchos teóricos dicen que esta medida es inexacta, y más bien, se deben buscar patrones entre las subpuntuaciones para proporcionar información sobre las capacidades individuales.
La fluidez (esencialmente equivalente a un pensamiento divergente, que se describe a continuación) en este caso se refiere al número total de ideas generadas en respuesta a un estímulo, mientras que la originalidad se refiere a la rareza de las ideas de un sujeto en comparación con el resto del grupo, y la elaboración se refiere al nivel de detalle dado en la respuesta.
Mientras que algunos investigadores se han centrado en la expresión tangible del pensamiento creativo, otros sostienen que la verdadera medida de la creatividad sólo puede obtenerse mediante un enfoque de personalidad social. Esto significa que la confianza en sí misma de la persona, su voluntad de asumir riesgos y la independencia en la toma de decisiones están incluidas en la medición.

El psicólogo estadounidense Gregory Feist describe que las personas creativas son «más abiertas a nuevas experiencias, menos convencionales y menos concienzudas, más seguras de sí mismas, más autoaceptables, impulsadas, ambiciosas, dominantes, hostiles e impulsivas».

Fuente: sensiseeds

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